lunes, 12 de septiembre de 2011

Familia británica podría ir a la cárcel por volverse autosustentable e independiente del gobierno


La familia Mason es dueña de una tierra en la que cultivan vegetales y llevan una vida autosustentable, sin embargo, el gobierno británico quiere regresarlos a la sociedad de consumo.
La familia Mason abandonó la vida urbana para vivir en un terreno de 400 metros cuadrados que les pertenece, donde montaron un casa motorizada eco-amigable y producen para sí mismo vegetales y huevos orgánicos. El terreno donde habitan, antes estaba dejado al abandono; los Mason, una pareja con dos hijos de 8 y 9 años, lo han trabajdo por dos años con técnicas de permacultura y jardinería.
Sin embargo, esta pareja ahora enfrenta la cárcel o el desalojo, ya que la tierra donde viven solo está demarcada para uso de agricultura, pero no para vivir en ella, y el gobierno considera que no la están conservando. Dinah Mason,de 35, dice: “cómo alguien puede pensar que antes se estaba conservando va más allá de mi comprensión”.
Los magistrados de Willand les han ofrecido alojamiento y comida en Collompton a expensas de los impuestos de los contribuyentes, pero es justo lo que los Mason no quieren hacer: vivir del Estado. Su vida off the grid, y no tener un plan de negocios a largo plazo, simplemente mistifica al gobierno (uno de los argumentos para rechazar su proyecto de vivir en su tierra es que “no tenían un plan de negocios sólido”).
Mientras tanto los Mason temen que tendrán que regresar al cuadrante de la civilización moderna, obligados a pagar altas cuentas por servicios que ellos mismos pueden proporcionarse.

Científicos consiguen leer la mente de las personas


Neurólogos de Princeton desarrollan la tecnología necesaria para decir en qué está pensando una persona. ¿Las cámaras del Gran Hermano sustituidas por escáneres mentales que revelen nuestros pensamientos?
El ser humano, lo sabemos de sobra, posee montones de deseos imposibles, mismos que ha acumulado uno sobre otro a lo largo de la historia. El deseo de volar, de no morir nunca, de volverse invisible, de transformarse en otra persona, son solo algunos de los muchos que se han convertido tanto en motivos de la literatura o el cine como en fantasías personales con las que muchos soñamos en nuestra niñez. Pero no menos cierto es que en años recientes algunas de estas supuestas ficciones han alcanzado cierto grado de realidad. En esta ocasión toca el turno a una con la que seguramente más de uno ha fantaseado incluso más allá de la infancia: la posibilidad de leer la mente.
Investigadores de la Universidad de Princeton publicaron recientemente los resultados de un experimento en el que consiguieron traducir en palabras los pensamientos de cualquier persona.
El estudio consistió en tomar a un grupo de voluntarios y registrar, por medio de resonancias magnéticas, las regiones específicas del cerebro que se activaban cuando el participante pensaba en objetos comunes y corrientes (una zanahoria, un automóvil, etc.). Después el equipo organizó estas palabras en relación con el pensamiento de tal modo que crearon grupos amplios de características comunes, grandes campos semánticos para los cuales, según sus investigaciones, el cerebro activa casi siempre las mismas regiones. Para la mente, por ejemplo, es casi lo mismo pensar en el “mesa” o “silla” que en el concepto más amplio “muebles”.
Para dar orden al estudio (y también a los pensamientos), se sometió los participantes a una breve exposición de una palabra y una imagen de cinco objetos en doce categorías distintas. Paralelamente, en los tres segundos que duraba cada diapositiva, se grababa su actividad neuronal registrada por resonancia magnética.
Con la identificación certera de los patrones neurales que se siguen al pensar en determinado objeto, los científicos pueden ya decir, así sea en términos generales, en qué está pensando una persona. Sin embargo, el experimento no termina aquí, porque no siempre estará a nuestro lado un neurólogo que interprete la resonancia magnética del involucrado y revele el cariz de sus pensamientos.
Un poco para sustituir este elemento humano (acaso para evadir la eventual responsabilidad del invento), paralelamente se creó un gran referente de datos utilizando como base 3,500 artículos de la Wikipedia. Este programa, una “Wikipedia-based matrix” que por ahora contiene únicamente 40 grandes temas (entre ellos “aviación”, “animales” y “drogas”) se utiliza conjuntamente con la información sobre los patrones neurales de los participantes, es el encargado de decir si uno de ellos piensa en ese momento en una casa o una máquina o en alguna droga.
Aunque por ahora el sistema todavía posee notables deficiencias, en especial la generalidad del concepto en que se traducen los patrones mentales, los responsables aseguran que la meta es conseguir una lectura totalmente transparente del pensamiento, en palabras claramente legibles y precisas.
Esta previsión, sin embargo, solo nos hace imaginar un escenario distópico y totalitario en el que las cámaras omniscientes y omnipresentes de 1984 sean sustituidas por escáneres diminutos y portátiles, distribuidos por todos los rincones, capaces de decir al poder sobre la pirámide en qué está pensando, en todo momento, cada uno de nosotros.
Fuente: PopSci

Fórmulas sutiles de la manipulación mediática


Los medios mainstream pueden instalar sus propias ideas en nuestra mente sin que lo advirtamos, utilizando sutiles maniobras con las que nos pierden en el laberinto del sofisma y la falsa conclusión.
Recientemente Ted Rall realizó en Al-Jazeera un interesante ejercicio que quizá cada uno de nosotros debería replicar por su cuenta y en su propio contexto. El columnista de la agencia árabe notó que en los medios mainstream estadounidenses —periódicos como The New York Times o cadenas como Fox— es sumamente recurrente y constante que al hablar sobre política se tienda a desdeñar posturas alternativas a las dos que se consideran no solo dominantes o usuales, sino las únicas a las que se tiene por verdaderamente sensatas en el sistema político estadounidense, la de centro-derecha del Partido Demócrata o la de derecha de los Republicanos.
Poco o nada sabemos de esas otras opciones que intentan distinguirse claramente de dicho binomio al que casi siempre se reduce la política en Estados Unidos o, mejor dicho, al que pretenden reducir los informantes oficiales, aliados del status quo que prefieren simplemente ignorar a otros líderes y corrientes políticas o, si alguno de estos cobra eventualmente demasiada notoriedad, tanto como para que la omisión se haga sospechosa, ridiculizarlos, disminuirlos hasta la mofa o la idiotez, como si todo aquello que escapa de la ideología Demócrata o Republicana —proyectos, propuestas, críticas, etc.— fuera materia de fantasías vanas e irrealizables o de nulo amor por la patria.
Sin embargo, las prácticas con que se cumple esta marginación de las alternativas políticas no son burdas y obvias, no es que el presentador de un noticiero o el articulista del periódico tracen una caricatura grosera de, por ejemplo, el dirigente del Partido Comunista de Estados Unidos, Gus Hall, o de los miembros del Partido Verde. Nada de eso. Como mencionamos antes, la manera más inmediata de empujar a este tipo de personajes e ideas fuera de la discusión pública predominante es ignorarlos: simplemente no hablar de ellos, pretender que no existen. Claro que esto no puede mantenerse por siempre. Determinado movimiento político puede ganar la simpatía de numerosas personas y, con el tiempo, obtener presencia pública nacional. Entonces, si ignorar a todas esas personas puede minar la credibilidad de la agencia periodística, basta con operar una sutil maniobra que desactive la importancia de tal o cual corriente política en el sistema estadounidense.
¿En qué consiste esta pronta, efectiva y mínima técnica? Bastante sencillo: en introducir en el discurso pequeñas fórmulas que echan sobre cierta idea o persona un manto de duda o de franco descrédito, retórica pedestre que pierde al espectador en el laberinto del sofisma y las falsas conclusiones. Al-Jazeera pone el ejemplo de la secuencia “Hay quienes piensan que…” [some people say] a la que la cadena Fox acude siempre que complementa sus noticias con opiniones sin fuente reconocible. Asimismo, con “Personas sensatas aseguran” [Serious people say] o “Nadie piensa seriamente que…” [no one seriously thinks], Fox y otras agencias no menos corporativas descalifican con dichas fórmulas toda opinión contraria a aquella que difunden: si alguien piensa lo contrario a las “personas sensatas”, entonces ese disidente, ese raro que excede los límites de la normalidad, no es una persona sensata, normal, seria, sino un insensato, quién sabe si solo un niño o un loco o un idiota, en cualquier caso, alguien que necesita corregirse si aspira a convivir entre “personas sensatas”. Lo curioso es que en algunos temas —e. g. si el ejército estadounidense debe retirarse de Afganistán— esas personas que piensan lo que “nadie piensa seriamente” alcanzan casi la mitad de la población de Estados Unidos. «Con todo, para “sus” reporteros de periódico, radio o televisión, todas esas personas […] no cuentan. Todos ellos son “nadie”. Ciertamente no son “gente seria” que pensó detenidamente el asunto. Ninguno de ellos es, según otros de sus motes favoritos, “realistas” o “pragmáticos”», escribe Rall.
El ridículo es otro recurso siempre a la mano de los medios mainstream. Al susodicho Gus Hall no se le menciona sin un epíteto burlón que quizá a algunos lectores les suene conocido: “el eterno candidato a la presidencia” [perennial presidential candidate]. Curiosamente, estas pullas se reservan casi exclusivamente a personajes relevantes de la izquierda estadounidense. Los de derecha reciben un trato totalmente opuesto. La peligrosa extravagancia y radicalidad de políticos como Sarah Palin y Michele Bachmann es para algunos analistas “refrescante” o “excitante”. Esto, además, nos revela las inclinaciones con que los grandes consorcios se manejan, la esfera de poder que anhelan compartir periodistas y políticos.
Así las cosas, el artículo de Ted Rall nos sugiere poner más atención en lo que escuchamos y leemos, con el fin de que seamos capaces de discernir cómo los grandes medios —y en general la culturamainstream— juegan con nuestra mente, la moldean a su gusto y conveniencia, cómo la habitan a sus anchas y desde dentro nos programan para hacer o dejar de hacer algo, para hacernos creer que decidimos libremente, que por nuestra propia razón llegamos a determinada idea que no es otra más que la que ellos habían previsto de antemano.

Fuente: Al-Jazeera

Científicos pueden hacerte mentir utilizando un campo magnético


Influyendo en tu cerebro por medio de electromagnetismo, científicos pueden inducirte para que mientas o para que digas la verdad.
La mentira y la verdad, más allá de referencias morales o éticas, representan arquetipos conductuales del ser humano. La permanente “necesidad” de ir tomando decisiones, miles de ellas, a lo largo del camino, se manifiesta también en la disyuntiva entre decir o no la “verdad”. Estudios dedicados a analizar la actividad en el cerebro han detectado que cuando una persona miente diversas regiones de dicho órgano se activan. Sin embargo, aún no conocen con precisión los puntos directamente vinculados con el acto de mentir.
Tomando en cuenta lo anterior, los investigadores Inga Karton y Talis Bachmann se propusieron estimular todas las regiones que se activan cuando una persona miente: “Si manipulas el estado o actividad de una cierta área a través de estimulación transcraneal, podrías estar influyendo en su propensión a mentir, lo cual nos acercaría a develar los mecanismos que involucra el acto de mentir”.  
Una vez acuñada la hipótesis, los investigadores procedieron a realizar un extravagante experimento. Los voluntarios fueron sometidos a un proceso de estimulación transcraneal magnética (TMS), durante el cual se utiliza inducción electromagnética para generar un campo magnético capaz de polarizar neuronas específicas y así incrementar o disminuir la actividad de ciertas regiones del cerebro.   
Posteriormente le mostraron a los sujetos de estudio un disco coloreado en la pantalla de una computadora. Y cada voluntario tenía la posibilidad de mentir o responder con la verdad. Los resultados fueron sorprendentes: “Confirmamos que cuando los sujetos de estudio podían responder o no, a voluntad, sobre el color de las figuras, la tendencia a mantenerse en respuestas verdaderas puede ser manipulada por una estimulación dirigida a la corteza dorsolateral prefrontal. La estimulación del hemisferio derecho desalienta la mentira, mientras que la estimulación del izquierdo aumenta la propensión a mentir. La elección espontánea de mentir o decir la verdad puede influenciarse a través de estimulación cerebral”.
Sin duda este exitoso experimento enriquecerá el análisis neurocognitivo de esta disyuntiva actividad que todas las personas ejercemos a diario. Lo único que no queda claro es si la CIA financió parcialmente la investigación y en unas pocas semanas estrenarán el nuevo gadget en sus lúgubres salas de interrogación. Pero esa es ya otra historia. 

Fuente:Pijamasurf

BACTERIAS REDUCTORAS NEUTRALIZAN EL URANIO RADIACTIVO


El sulfato de determinadas bacterias reductoras pueden convertir las formas tóxicas de metales radiactivos a sustancias inertes, alterando la solubilidad de los metales pesados. Por ejemplo, estas bacterias pueden convertir el uranio radiactivo a la uraninita casi insolubles de forma natural. Aunque la radiactividad de las sustancias no se elimina, los metales no serán absorbidos químicamente por los organismos vivos.
Estas bacterias pueden limpiar las minas de uranio abandonadas, los residuos industriales llenos de metales pesados y tanques de almacenamiento donde los materiales radiactivos han sido estibados.También podrían ser capaces de limpiar el agua de contaminantes y actuar en más de 7.000 situaciones de contaminación por metales pesados, pero hay un pequeño detalle; las bacterias sólo viven en niveles muy específicos de oxígeno y temperatura, haciendo que su uso sea de momento muy laborioso.

FILAMENTOS ELÉCTRICOS DE BACTERIAS ELIMINAN EL URANIO RADIACTIVO DEL AGUA

Bacterias limpian el uranio
Los filamentos pili permiten a la bacteria (naranja) precipitar el uranio al tiempo que lo mantienen alejado de la célula. Imagen: Dena Cologgi & Gemma Reguera, Michigan State University
Filamentos como pelos llamados pili permiten a algunas bacterias extraer el uranio del agua subterránea contaminada. El descubrimiento podría ayudar en el desarrollo de las tecnologías de limpieza de la radiactividad.
Algunas bacterias, como una especie llamadaGeobacter sulfurreducens, se conocen porque obtienen su energía a partir de la reducción – o la adición de electrones – a metales del medio ambiente. Cuando el uranio disuelto en el agua subterránea se reduce de esta manera, el metal se vuelve mucho menos soluble, minimizando la propagación de la contaminación radiactiva.
Los investigadores han estado tratando de averiguar cómo funciona el proceso. Se sospecha que los pili podrían ser la respuesta, pero debido a que las G. sulfurreducens producen pili sólo en ciertos ambientes, el proceso resulta difícil de estudiar.
La clave para este descubrimiento estaba en conseguir que la Geobacterhiciera pili en condiciones de laboratorio, por ejemplo mediante la disminución de la temperatura. “Las condiciones de cultivo estándar para la Geobacter son como un hotel de cinco estrellas“, dice Gemma Reguera de la Universidad Estatal de Michigan en East Lansing, quien dirigió la investigación. “Tuvimos que hacerles la vida un poco más dura“.
Reguera y su equipo fueron capaces de demostrar que los pili aumentan considerablemente la cantidad de uranio que la G. sulfurreducens es capaz de eliminar. Sin los pili, la bacteria reduce el uranio dentro de la envoltura celular, pero esto envenena las células en el proceso. Cuando los pili están presentes, sin embargo, la mayoría de la precipitación ocurre alrededor de los pili, fuera de la célula. Esto proporciona una mayor superficie para la transferencia de electrones, dicen los investigadores, al tiempo que mantienen el uranio radiactivo a una distancia segura.
Una historia electrizante
Con este trabajo se atan un montón de cabos“, dijo Derek Lovley, microbiólogo de la Universidad de Massachusetts Amherst, y ex-supervisor del post-doctorado de Reguera.
A principios de este año, Lovley publicó un artículo en la revista NatureNanotecnología que muestran que los pili de la bacteria G. sulfurreducensson una especie de “nanocables”, ya que conducen la electricidad. Los pili ayudan a potenciar la bacteria transfiriendo los electrones producidos durante el metabolismo de la célula a receptores externos, tales como el hierro. El hecho es que los pili también puede reducir un metal como el uranio “es una prueba más de la transferencia a gran escala de electrones a través de los pili“, dice.
Esta investigación debe ayudar a mejorar la bio-reparación – el uso de organismos biológicos para eliminar los contaminantes del suelo y del agua – así como la limpieza de muchos sitios contaminados por el procesamiento de uranio durante la guerra fría. “Los métodos actuales para estimular el crecimiento de estas bacterias en el medio ambiente son bastante toscos y experimentales“, dice Lovley. “Este nuevo mecanismo nos permitirá pronosticar mejor cómo el uranio puede ser reducido“.
Reguera está muy entusiasmada con la posibilidad de “alejarse de las bacterias” y construir dispositivos artificiales basados ​​en nanocables. “Esto nos permitiría trabajar en lugares donde las bacterias no pueden vivir“, dice ella, como la planta nuclear Fukushima en Japón, que fue devastada por un tsunami a principios de este año.
El uranio no es el principal radioisótopo liberado en Fukushima, pero Reguera ve potencial para ampliar el alcance de los pili de la Geobacter. En teoría, dice, que podría ayudar a precipitar los isótopos radiactivos de otros elementos, tales como el tecnecio, el plutonio y el cobalto. Reguera también prevé una mejora y afinamiento de las propiedades de los pili: “Debido a que estos nanofilamentos están hechos de proteínas, se pueden añadir fácilmente diferentes grupos funcionales“.
Yuri Gorby microbiólogo de la Universidad del Sur de California en Los Angeles es optimista sobre este campo emergente al cual se refiere como “electromicrobiología“. Señala que otros microbios, como las cianobacterias fotosintéticas y los metanógenos termófilos, también producen nanocables conductores. “Yo creo que sólo hemos empezado a rascar la superficie“.
Fuente: Despertares

Investigación para no curar


El estadounidense Thomas Steitz ha asegurado hace unos días que “muchas de las grandes farmacéuticas cerraron sus investigaciones sobre antibióticos porque estos curan a la gente“. Steitz es premio Nobel de Química 2009 y dichas declaraciones las ha realizado en Madrid pero no ha sido motivo de noticia para la mayor parte de medios de comunicación españoles, su publicación ha sido más bien escasa.


“No quieren que la gente se cure. Prefieren centrar el negocio en medicamentos que sea necesario tomar durante “toda la vida”, dijo Steitz.
Investigador del Instituto Médico Howard Hughes de la Universidad estadounidense de Yale, Steitz averiguó el funcionamiento que debería seguir un nuevo antibiótico para combatir cepas resistentes a la tuberculosis que surgen sobre todo en el sur de África. El científico comentó en una rueda de prensa que el desarrollo de este medicamento precisa una gran inversión económica y la colaboración de una farmacéutica para avanzar en la investigación:
“Nos resulta muy difícil encontrar una farmacéutica que quiera trabajar con nosotros, porque para estas empresas vender antibióticos en paises como Sudáfrica no genera apenas dinero y prefieren invertir en medicamentos para toda la vida”, continuo.
No es la primera vez que un Premio Nobel hace declaraciones semejantes. En La Contra de La Vanguardia hace tiempo entrevistaron a Richard J. Roberts, Premio Nobel de Medicina de 2009. El titular era concreto: “El fármaco que cura del todo no es rentable“. Les reproduzco unas líneas:
“La investigación en la salud humana no puede depender tan sólo de su rentabilidad económica. Lo que es bueno para los dividendos de las empresas no siempre es bueno para las personas.
- Explíquese.
- La industria farmacéutica quiere servir a los mercados de capital…
- Como cualquier otra industria.
- Es que no es cualquier otra industria: estamos hablando de nuestra salud y nuestras vidas y las de nuestros hijos y millones de seres humanos.
- Pero si son rentables, investigarán mejor.
- Si sólo piensas en los beneficios, dejas de preocuparte por servir a los seres humanos.
- Por ejemplo…
- He comprobado como en algunos casos los investigadores dependientes de fondos privados hubieran descubierto medicinas muy eficaces que hubieran acabado por completo con una enfermedad…
- ¿Y por qué dejan de investigar?
- Porque las farmacéuticas a menudo no están tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente, es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el medicamento.
- Es una grave acusación.
- Pues es habitual que las farmacéuticas estén interesadas en líneas de investigación no para curar sino sólo para cronificar dolencias con medicamentos cronificadores mucho más rentables que los que curan del todo y de una vez para siempre. Y no tiene más que seguir el análisis financiero de la industria farmacológica y comprobará lo que digo.
- Hay dividendos que matan.
- Por eso le decía que la salud no puede ser un mercado más ni puede entenderse tan sólo como un medio para ganar dinero. Y por eso creo que el modelo europeo mixto de capital público y privado es menos fácil que propicie ese tipo de abusos.
- ¿Un ejemplo de esos abusos?
Se han dejado de investigar antibióticos porque son demasiado efectivos y curaban del todo. Como no se han desarrollado nuevos antibióticos, los microorganismos infecciosos se han vuelto resistentes y hoy la tuberculosis, que en mi niñez había sido derrotada, está resurgiendo y ha matado este año pasado a un millón de personas”.
Desde luego se necesitan administraciones públicas que inviertan más en ciencia. De la buena, de la que tiene como objetivo a las personas. Los científicos han de ser más críticos con que en torno a un 80% de la investigación, al menos en nuestro país, esté en manos privadas. Así lo argumenta también Mariano Barbacid, como les comenté antes de las vacaciones cuando tuve la oportunidad de asistir a una cena en la que él era el protagonista. La investigación científica básica ha de ser pública en su mayor parte y la comercialización de sus resultados, por haber sido sufragada esa investigación con fondos públicos, ha de estar en manos de empresas o bien públicas o al menos cuyo control lo lleven organismos de la Administración específicamente preparados para ello y cuya gestión sea fiscalizada por la ciudadanía de manera democrática. Pero esto a lo mejor sólo son palabras pues como explica Roberts:
“En nuestro sistema, los políticos son meros empleados de los grandes capitales, que invierten lo necesario para que salgan elegidos sus chicos, y si no salen, compran a los que son elegidos.
- De todo habrá.
- Al capital sólo le interesa multiplicarse. Casi todos los políticos – y sé de lo que hablo-dependen descaradamente de esas multinacionales farmacéuticas que financian sus campañas. Lo demás son palabras…”.

Fuente: Miguel Jara

domingo, 11 de septiembre de 2011

El colapso económico mundial se acerca

James Turk de Goldmoney.com entrevista a Jim Sinclair, una de las leyendas de Wall Street. Sinclair habla de forma muy clara de lo que se avecina en los próximos meses, a menos que las políticas económicas mundiales cambien de forma radical.