viernes, 23 de septiembre de 2011

Atenas baraja una quita del 50% o su salida del euro


El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ha explicado a los parlamentarios del país que la quita de la mitad de la cartera de bonos soberanos después de entrar en un 'default' ordenado sería uno de los tres escenarios que contempla el Ejecutivo para salir de la aguda crisis financiera que amenaza también al resto de la zona euro.
La segunda opción consistiría en suspender pagos (default) de forma unilateral, sin alcanzar un acuerdo con los acreedores, con la consiguiente salida del euro. Por último, el tercer escenario sería implementar el segundo plan de rescate, valorado en unos 110.000 millones de euros, acordado el pasado 21 de julio por los líderes de la eurozona, según informa Reuters.

Tras salir a la luz esta información, un portavoz del Ejecutivo negó que tales detalles se ajustaran a la realidad. Sin embargo, por otro lado, hasta Bruselas parece ya contemplar a puerta cerrada algunas de las dos primeras opciones citadas, descartando así que se cumplan las condiciones pactadas en el segundo rescate.
Aunque en los úlitmos meses se lleva repitiendo de forma insistente que la caída de Atenas es cuestión de tiempo, según se acerca el otoño parece más claro que sus horas están contadas. Según fuentes de la Comisión Europea, Berlín, París, Francfort y Bruselas están trabajando arduamente en las últimas semanas para tratar de contener los efectos que conllevará un default ordenado de Grecia dentro de la Unión Montearia, es decir, el segundo escenario que contempla Atenas, según informa The Telegraph.
"Ahora no es una cuestión de cuándo sino de cómo", señalaron dichas fuentes. Bruselas quiere que Grecia suspenda pagos sin salir del euro, aunque los diplomáticos tampoco descartan que a medio plazo Atenas decida "abandonar" voluntariamente la moneda única ante la imposibilidad de financiarse en los mercados. De este modo, la cúpula comunitaria descarta el segundo rescate heleno.
El problema ahora consiste en cómo contener el contagio que provocaría el default, ordenado o desordenado, de Grecia. En este sentido, parece que se está alcanzando un cierto consenso acerca de la necesidad de que el Banco Central Europeo (BCE) acabe monetizando deuda periférica de forma masiva. Por un lado, comprando grandes cantidades de bonos griegos para evitar el colapso de la banca helena y contener la sangría de la francesa y, por otro, ampliar de forma sustancial la adquisición de deuda pública española e italiana a fin de sostener a ambos países.
Las autoridades ya están manejando ciertas cifras. En concreto, la monetización de deuda periférica por parte del BCE podría alcanzar los 1,7 billones de euros en este escenario, frente a los 150.000 millones de euros en bonos que ya acumula en su balance.

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