miércoles, 23 de febrero de 2011

Egipto, clichés y eslóganes vacíos para el sueño de un pueblo


La dinámica de la desintegración económica mundial ha desencadenado una serie de acontecimientos que ha dejado perplejo a muchos observadores políticos. O, por lo menos, eso es lo que nos quieren hacer creer los principales medios de comunicación. Pero, la realidad es más bien distinta.


Una reacción popular contra las dictaduras y dictadores apoyados por los Estados Unidos se ha previsto desde el 11 de Septiembre (9-11), dijo Zbigniew Brzezinski, fundador de la Comisión Trilateral y miembro del Club Bilderberg en una conferencia en la Universidad MIT hace unos meses. Se trata de un “despertar político global, en la que las masas del mundo (sobre todo los jóvenes educados, explotados y empobrecidos del Tercer Mundo) se han dado cuenta de su sometimiento, la desigualdad, la explotación y la opresión.” Este “despertar” está impulsado en gran parte por la revolución de la información, la tecnología y la comunicación, pero sobre todo por la influencia de Internet y las redes sociales. Brzezinski había identificado con precisión este “despertar” como la mayor amenaza para los intereses de la elite mundial.
A medida que el impacto económico cala hondo y que los efectos colaterales de la crisis se hace evidente en vista del colapso de la civilización, el mundo blanco tendrá que renegociar sus derechos para llevar un modo de vida que ya no puede permitirse.
Os puedo asegurar que más de 90% de lo que está pasando en África, no se cuenta en los medios de comunicación occidental, ni tampoco se sabe. África, tal y como lo contaba hace cuatro años en mi libro Los Señores de las Sombras será el escenario principal y el desenlace principal del siguiente acto. Es simplemente inevitable. En mi época en África, a medianos de los años 90, 32 de los 53 países africanos han sufrido conflictos bélicos violentos. Hoy día, los conflictos bélicos azotan Ruanda, Sierra Leona, Sudán, Gabón, Nigeria, Etiopía, Eritrea, Somalia, Uganda, Burundi, Malí, el Congo, la Republica Democrática de Congo, Mauritania, Angola, Guinea Ecuatorial, Liberia, Santo Tomé y Príncipe, Chad, Zimbabue y ahora Túnez, Egipto, Argelia, y próximamente en Marruecos y Libia. Las señales son muy claras.
Mubarak ha caído y las potencias occidentales – EEUU, Francia y UK están metidas hasta las cejas en las operaciones clandestinas en Egipto. Además, están posicionándose para hacerse con el control, o mejor dicho la nueva esfera de influencia en el país. Miles de millones de dólares en ayuda humanitaria está destinada a Egipto y otros países del Norte de África a través de agencias no gubernamentales, principalmente estadounidenses para “preparar el camino hacia la democracia y el gobierno legitimo elegido por el pueblo.” Clichés y eslóganes vacíos.
En Egipto, la organización que está actuando de cara a la galería y en el nombre del Departamento del Estado americano, es Nacional Endowment for Democracy y su proyecto estrella – Project Democracy. Son la cara visible y amable de los cambios en el país. “El pueblo lo desea,” es la portada de todos los medios de comunicación del mundo. ¿Cuántas atrocidades han cometido a lo largo de los años los dictadores en nombre del pueblo? ¿Cuántos millones han desaparecido en los GULAG soviéticos en la época de Stalin, en el nombre sagrado del pueblo?
El Fondo Nacional para la Democracia (National Endowment for Democracy), es el conducto de financiación creado por el Congreso estadounidense para “el Proyecto la democracia,” un proyecto TOP SECRET con un objetivo bien definido: debilitar cualquier y todos los gobiernos de todo el mundo, cuyos intereses no coinciden con los intereses de largo alcance declarado públicamente por el gobierno de los Estados Unidos. La NED participa activamente en Túnez, Egipto y Argelia.
La NED fue establecida por la administración Reagan después de que salieron a la luz las pruebas del papel de la CIA en financiar de forma ilegal a los esfuerzos para derrocar a los gobiernos extranjeros. El papel de la NED es de ayudar derrocar a los regímenes hostiles a los intereses americanos, pero de forma abierta y bajo la rúbrica de “promoción de la democracia.”
Que no se equivoquen. El mayor peligro para un futuro mejor en Egipto es ahora, precisamente con la caída de Mubarak. Lo que se llama popularmente “fases de transición” en Túnez y Egipto se están utilizando para ganar tiempo con el fin de hacer tres cosas. El primer objetivo es quebrar y eventualmente romper las demandas de la masa social. El segundo objetivo es trabajar para preservar las políticas económicas neo-liberales, que se utiliza para subvertir el sistema político, y para apretar las tuercas de la deuda externa. Por último, la tercera motivación y objetivo es la preparación de la contrarrevolución.
Los riesgos son cada vez mayores. El pueblo de Túnez y Egipto deberían ser conscientes de que el gobierno de EE.UU. y la Unión Europea juegan a dos bandas. Igual que Bilderberg, apostando siempre por los dos candidatos. Apoyan la contrarrevolución del antiguo régimen, pero también están trabajando para controlar desde el dentro el legítimo movimiento revolucionario. En los años 60, el gobierno americano utilizó al Institute for Policy Studies (IPS) liderado por el despreciable Noam Chomsky para cooptar y romper el movimiento de los derechos civiles que se junto con Martin Luther King Jr.
Dicho eso, la crisis de Egipto no puede entenderse, al menos que lo contextualizamos dentro de la desintegración del sistema financiero mundial. La única salvación del mundo es la reorganización del sistema financiero mundial. Por el contrario, lo que nos espera es la nueva edad de las tinieblas, la edad media de 1345, y la caída de los bancos Bardi y Peruzzi que nos trajo de regalo, la Plaga Bubónica que acabó con la tercera parte de la población Europea.
La primera condición para salvarse es implementar en los EEUU Glass-Steagall, eliminando por el camino 17 mil billones de dólares de deuda especulativa y hundiendo la gran parte de los bancos parásitos como CITIBANK, Chase Manhattan, Bank of América y JPMorgan. La segunda necesidad es volver al sistema de crédito nacional en vez de seguir con la idiotez del sistema monetario actual que nos lleva al infierno.
Si eres espabilado no querrás que el mundo esté gobernado por un sistema monetario. Te interesa tener Naciones Estado funcionando con sus propios sistemas de crédito, que serán sistemas de crédito basados en sus propias monedas. Cabe señalar aquí que la posibilidad de la creación de crédito productivo, no inflacionista, por el Estado, es un punto que está expresamente declarado en la Constitución Americana y fue excluida por Maastricht como método para determinar la política económica y financiera.
Tal y como le expliqué al Presidente de la Republica Checa, Vaclav Klaus en mi discurso en Praga el pasado 8 de enero, para que un país sea fuerte, existen dos condiciones:
1) La concepción de las Repúblicas modernas Nación Estado bajo el gobierno del Derecho Natural.
2) El papel central del fomento del progreso científico y tecnológico como obligación para la República.
El Derecho absoluto de una República soberana Nación Estado a reafirmar su soberanía, desafiar las maquinaciones desmedidas de los organismos supranacionales, se deriva del compromiso de eficiencia por parte del Estado para promover el bienestar general. Ninguna otra institución concebida por el hombre podría reemplazar estas funciones esenciales que pueden ser desempeñadas únicamente por un Estado así, en forma de leyes o hechos. Actuar para tratar de anular a un Estado de este tipo es en sí un crimen contra la Humanidad. Es decir, anular el Principio de Soberanía es despojar a las personas del conjunto de sus beneficios, de esa protección que ninguna otra agencia podría proporcionarles, un acto indispensable para asegurar a todos los ciudadanos su Derecho a actuar y vivir según la naturaleza humana, no como la de un rebaño.
La superioridad del Estado Nación sobre cualquier otra composición social ha sido el impacto provocado por la lucha de las Naciones Estado soberanas basadas en el principio de bienestar general. Este fenómeno ha creado aquellas condiciones sociales y físicas que son indispensables para impulsar los descubrimientos científicos y el progreso tecnológico. El aumento de la población desde los niveles vistos en el siglo XIV hasta los niveles de hoy no hubiera sido posible sin un impacto producido por un mundo en libertad generado por la aparición de Estados Naciones, en al menos unos cuantos casos.
Mirad a Egipto.
Hasta 1982, Egipto, era una de los principales países del mundo en producción de cereales. Ahora, ¡es uno de los últimos! La mayor área de producción de cereales en toda África es Sudán. Sudan, está a punto de partirse en dos, debido a la política británica de dividir y conquistar. Lo hemos comentado hace un par de semanas.
El potencial Africano es inmenso. Sé que es difícil creerlo, sobre todo cuando el mundo africano se ve a través de los prismáticos de los medios de comunicación occidentales. ¿Cómo se desarrolla el continente africano? Utilizando energía nuclear, uniendo al continente a través de tren magnético de alta velocidad. Se llama desarrollo y progreso. Hoy día, existen varios proyectos en marcha: Congo/Chad, Congo/Zaire/Chad centrándose en el renacer de lago Chad, con varias otras naciones como Egipto aportando dinero y el conocimiento. El plan es de unir África con Medio Oriente y Asia a través de trenes de alta velocidad. Con estos proyectos de desarrollo, cambiaremos la cara del continente, consiguiendo la libertad para todos los estados africanos y, rompiendo la hegemonía de los europeos en el continente negro.
Lo que estamos viendo en Egipto no se soluciona con cambio del presidente. Porque Egipto es simplemente un barómetro de la crisis financiera mundial por mucho que los medios de comunicación y los gobiernos occidentales nos dicen lo contrario.
Así que, no se puede hablar de la crisis Egipcia porque la crisis egipcia no existe. El problema y la crisis son europeos.
Lo que es indudable es que el Magreb entero, completo sin excepciones esta en un proceso de desintegración. África, Oriente Medio, Europa, a la zona trans-Atlántica esta en caída libre. No es Egipto. Es la zona completa transatlántica.
Vuelvo a repetir. La crisis no se soluciona cambiando a Mubarak. Igual que una vez que el  Titanic se ha dado contra el iceberg, cambiando al capitán, no se salva el barco. Son problemas estructurales. En el caso de Egipto, los problemas son financieros del mundo entero. Estamos viviendo una desintegración financiera mundial con Magreb, simplemente siendo la chispa. Es un problema de la sociedad moderna y los esfuerzos por parte del Imperio en mantener la gran parte de la humanidad viviendo bajo umbral de la pobreza. Los dichosos estómagos inservibles de David Rockefeller y Henry Kissinger. La dichosa masa sucia. Tú y yo.
La crisis monetaria es un reflejo de la insana imposición de un proceso de destrucción de la economía física. El motivo por el cual tenemos una crisis de descomposición no es la fluctuación de los mercados financieros. El problema es que estamos en modo de hiperinflación: esto quiere decir que si consideras la cantidad total de dinero supuestamente en circulación y luego el porcentaje de ese dinero que se corresponde a una realidad física ves que la segunda cantidad se ha reducido, casi hasta CERO. ¡Pero esa no es la crisis! La crisis es la producción física per cápita. Los recursos de los que depende esa producción se están acabando.
Lo estamos viendo en Egipto. Pero mucho más, lo estamos viendo en Europa y en los Estados Unidos.
Fuente: Daniel Stulin


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